El Monumento Natural de Montaña Amarilla es un cono volcánico integrado en un conjunto alineado de volcanes del sur de Tenerife. Cuenta con una extensión de unas 27 Ha, y casi alcanza los 75 metros en su parte más alta. Tuvo su origen en una erupción freatomagmática (erupción que entra inmediatamente en contacto con el agua), con posterior explosión estromboliana, allá por el cuaternario (edad de la que se mantiene una duna fósil puesta al descubierto por la erosiónd el mar), y el borde superior del cono presenta una altura desigual en su perímetro, con una apreciable hendidura en el lado este que casi deja el nivel del interior del cono a la misma altura que el terreno exterior.
Su cara sur está siendo continuamente erosionado por el mar. Esta parte, con la marea baja, es asombrosamente hermosa y merece un post aparte. Pero nos ocupa ahora su zona norte, la mayor parte del año absolutamente árida al tratarse de una de las zonas de mayor insolación y más secas de toda la isla. Sólo los cardones (Euphorbia canariensis) y las tabaibas (Euphorbia balasamifera) se atreven a habitar en este lugar, expuesto al ardiente aire sahariano cuando el anticiclón de las Azores pierde su fuerza en los meses de mayores temperaturas.
Pero tras las lluvias del invierno (pocas pero intensas, si las hay) se abre paso una primavera efímera que llena de color el árido suelo y reverdece las tabaibas. Entonces, y a la luz del atardecer preferentemente, el paraje se convierte en un lugar mágico. No dura muchas semanas el espectáculo, pero merece la pena.
El recorrido por el borde superior del cono es un agradable paseo. La moderada altura y los múltiples caminos que recorren el volcán permiten una tranquila caminata para, en una o dos horas, dar la vuelta al cono, haber entrado hasta su interior, y haber disfrutado de las vistas desde sus partes más elevadas.
Su cara sur está siendo continuamente erosionado por el mar. Esta parte, con la marea baja, es asombrosamente hermosa y merece un post aparte. Pero nos ocupa ahora su zona norte, la mayor parte del año absolutamente árida al tratarse de una de las zonas de mayor insolación y más secas de toda la isla. Sólo los cardones (Euphorbia canariensis) y las tabaibas (Euphorbia balasamifera) se atreven a habitar en este lugar, expuesto al ardiente aire sahariano cuando el anticiclón de las Azores pierde su fuerza en los meses de mayores temperaturas.
Pero tras las lluvias del invierno (pocas pero intensas, si las hay) se abre paso una primavera efímera que llena de color el árido suelo y reverdece las tabaibas. Entonces, y a la luz del atardecer preferentemente, el paraje se convierte en un lugar mágico. No dura muchas semanas el espectáculo, pero merece la pena.
Más fotografías sobre la primavera en Montaña Amarilla en mi cuenta en Flickr.
[Enlaces:: Monumento Natural de Montaña Amarilla: disposiciones de protección | Paper de Juan Carlos Carracedo y otros sobre Montaña Los Erales, uno de los volcanes alineados con Montaña Amarilla, con referencias a ésta]
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